
¿Qué es?
¿Cómo se transmite?
¿Cuáles son sus síntomas?
- Entre los signos más comunes de la leishmaniosis canina encontramos:
- Pérdida de peso.
- Alteraciones en el pelo (Alopecia, dermatitis exfoliativa, etc).
- Presencia de heridas que no cicatrizan.
- Apatía.
- Linfoadenomegalia. (Aumento ganglios linfáticos).
- Los signos clínicos avanzados son:
- Insuficiencia renal.
- Insuficiencia hepática.
- Cojeras intermitentes (Poliartritis).
- Conjuntivitis, Uveitis.
- Sangrado nasal (Vasculitis).
- Además existen otros signos poco comunes como:
- Problemas cardiorrespiratorios.
- Problemas digestivos (Colitis ulcerativa).
- Desórdenes neurológicos (Encefalitis).
¿Cómo se diagnostica?
- Examen clínico y realizando Test de Leishmania, se necesita obtener muestra de sangre y en unos minutos se obtienen los resultados (SNAP 4Dx) .
- (ELISA) Enzyme-Linked Immunosorbent Assay, consiste en la detección de anticuerpos específicos contra el parásito Leishmania en la sangre del animal, se analiza en un laboratorio especializado.
- Otra prueba es la serología de inmunofluorescencia indirecta (IFAT), simimlar a la anterior pero el anticuerpo está marcado con fluorescencia. Es más específica y de alta sensibilidad.
- Visualizar parásito al microscopio de muestra citológica (lesión cutánea, ganglio o de la médula ósea).
- Mediante un hemograma, mostrará determinados valores alterados, puede presentar: hiperglobulinemia, hipoalbuminemia, anemia.
- Mediante PCR para detectar el ADN del parásito.
¿Cuál es su tratamiento?
La Leishmaniosis canina es una enfermedad crónica y el tratamiento no elimina el parásito al 100% pudiendo producirse recaídas, por lo que se recomiendan visitas periódicas al veterinario.
- Medicamentos vía intravenosa o subcutánea como el antimonio o el allopurinol.
- Tratamientos complementarios como la terapia con láser, la homeopatía o la acupuntura.
El tratamiento varía en función de la gravedad de la enfermedad, la respuesta de cada perro al tratamiento inicial.
¿Cómo podemos prevenirla?
- Vacunación anual, desde los seis meses de edad.
- En zonas endémicas (Como el caso de Andalucía) usar repelentes contra el vector (collares, pipetas spot-on, etc) sobretodo en los meses de calor.